domingo, 23 de mayo de 2010

DON DE PIEDAD

Los dones son disposiciones, gracias permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos del Espíritu Santo. CEC
1830. Son don de Dios pero también esfuerzo nuestro. Son gracia de Dios y tarea nuestra.


Gracia y virtud.
Se llama con frecuencia Piedad cristiana o don de piedad, al conjunto de devociones que suelen practicar las personas buenas en honor de Dios Nuestro Señor, de la Virgen o de los Santos. Es también una virtud que nos mueve a tratar a Dios como a Padre, con afecto y confianza filiales, a María como madre, a los santos como amigos, modelos e intercesores.
Es una relación amorosa con Dios. Es un gustar de estar con Dios. Es gozar de su presencia. Es algo así como amor mutuo que vive, que se siente.
En todo acto de piedad o en toda devoción que practicamos ha de haber dos elementos: Un acto, un hecho personal, que es el rezo, la plegaria. Otro elemento interior, que es el amor filial, confiado hacia Dios. Es tal vez el mejor don, porque todo camina más fácil, hay más devoción, fervor. Todo es más bello con el don de piedad.


Enemigos de la piedad.
El pecado, la distracción, la frialdad, el respeto humano, la inconstancia, la apatía. Con estos defectos es dificil ser piadoso, gozar de Dios, que agrade estar con Dios, María, los santos.
La piedad es amor filial hacia Dios. Fue Jesucristo en el Evangelio quien nos reveló la paternidad divina. Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado ... (Mat. 6,9 y Luc. 11)
.,Y en el A.T.: ¿Acaso olvida una mujer a su hijo, y no se apiada del fruto de sus entrañas? Pues aunque ella se olvide, yo no te olvidaré",
(ls 49, 14-1S'") Dios dio a nuestros padres la propiedad de engendrarnos e infundir un amor instintivo, vital hacia sus hijos. Es más Padre que todos los padres y más Madre que todas las madres.
Los frutos del don de piedad son entre otros: mejorar la vida cristiana, cierta paz y felicidad, nos fortalece en la vida. Nos hace más fervorosos y comprometidos.


Hay obras recomendables, necesarias de las que no podemos prescindir si queremos vivir la piedad cristiana como don y como virtud:
1. Asiste a misa y comulga si estás preparado todos los días.
2. Recibe la Reconciliación frecuentemente.
3. Reza cada día el Rosario en familia o sólo.
4. Lee diariamente la Biblia o algún libro piadoso.
S. Visita todos los días a Jesús Sacramentado.
6. Haz examen de conciencia con regularidad.


A Dios hay que darle tiempo, espacios apropiados para rezar, como lo más grande y bueno, lo mejor. Si hay piedad sincera las virtudes vendrán y crecerán pronto.

Por: P. Francisco Domingo