domingo, 23 de mayo de 2010

LA EUCARISTIA EN LA TRADICION DE LA IGLESIA

El sacrificio de la Santa Misa se ofrece a Dios para cuatro fines:
1°. Para honrarle y adorarle como conviene, como Dios y por esto se llama latréutico;
2°. Para agradecerle todos sus beneficios, y por esto se llama eucarístico;
3°. Para aplacarle, para darle alguna satisfacción de nuestros pecados y para
ofrecerle sufragios por las almas del purgatorio, por lo cual se llama propiciatorio;
4°. Para alcanzar todas las gracias que nos son necesarias, y por esto se llama impetratorio.


ALGUNAS PARTES DE LA MISA NO TRATAMOS DE LA PALABRA DE DIOS

EPÍCLESIS - Invocación.
En la Epíclesis, la Iglesia, por medio de determinadas invocaciones, implora la fuerza del Espíritu Santo para que los dones que han presentado los hombres queden consagrados, es decir, se conviertan en el Cuerpo y Sangre de Cristo, y para que la víctima inmaculada; que se va a recibir en la Comunión sea para
salvación de presentes y ausentes y en especial para quienes la reciban, y para los presentes.

CONSAGRACIÓN.
El sacerdote relata la institución de la Eucaristía en el Jueves Santo, usando las mismas palabras de Jesús sobre las especies: sobre el pan, "Esto es mi Cuerpo ... " y sobre el vino, "Este es el cáliz de mi Sangre ... ". Cuando el sacerdote dice estas palabras sobre el pan de harina de trigo sin levadura y el vino de uva, con la intención de consagrar, la substancia del pan y del vino desaparecen (no obstante los accidentes permanecen, sabor, color, olor ... ) siendo reemplazados por el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo.

ANÁMNESIS - intercesión.
El sacerdote, después de la Transustanciación (Consagración), prosigue la oracion eucarística recordando los misterios principales de la vida de Jesucristo, conmemorando a algunos santos (en primer lugar a la Virgen María), y haciendo peticiones por el Papa, el Obispo del lugar, los fieles difuntos y los circunstantes.
En la Oblación, la Iglesia, especialmente la reunida aquí y ahora, ofrece en este memorial al Padre en el Espíritu Santo la VÍctima inmaculada. La Iglesia pretende que los fieles no sólo ofrezcan la VÍctima inmaculada, sino que aprendan a ofrecerse a sí mismos y que de día en día perfeccionen, con la mediación de Cristo, la unidad con Dios y entre sí, para que, finalmente, Dios lo sea todo en todos.

DOXOLOGÍA - Alabanza.
La Doxología menor porque el GLORIA es la alabanza mayor. Expresa la glorificación de Dios, y se concluye y confirma con la aclamación del pueblo: Amén. La aclamación se puede repetir hasta tres veces. El sacerdote eleva las especies Eucarísticas y dice en voz alta (o canta):
"Por Cristo, con Él y en Él, a Ti Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos", a lo cual los fieles responden Amen.

RITO DE LA COMUNIÓN
La Celebración Eucarística, es también un convite pascual, según el encargo del Señor, su Cuerpo y su Sangre sean recibidos por los fieles, debidamente dispuestos, como alimento espiritual. A esto - tienden la fracción y los demás ritos preparatorios, que conducen a los fieles a la Comunión. Para comulgar dignamente es necesario tener:
1) Fe en quien se va a recibir,
2) Estar en gracia y
3) Respetar el ayuno de una hora.


Oración dominical. Después de la admonición "Fieles a la recomendación del Salvador ... "
En la Oración dominical se pide el pan de cada día, con lo que se evoca, para los cristianos, principalmente el pan eucarístico pero también el alimento necesarto, y se implora la purificación de los pecados, de modo que, verdaderamente, "las cosas santas se den a los santos".


FRACCIÓN DEL PAN
El sacerdote parte el pan eucarístíco, El gesto de la fracción del pan, realizado por Cristo en la última Cena, y que en los tiempos apostólicos fue el que sirvió para denominar la íntegra acción eucarística, sígnifica que los fieles, siendo muchos, en la Comunión de un solo pan de vida, que es Cristo muerto y resucitado para la vida del mundo, se hacen un solo cuerpo (1 Co 10,17).
La fracción se inicia tras el intercambio del signo de la paz, perdonar o pedir perdón. El sacerdote realiza la fracción del pan y deposita una partícula de la hostia en el cáliz, para significar la unidad del Cuerpo y de la Sangre del Señor en la obra salvadora.


AGNUS DEI (CORDERO DE DIOS)
Todos recitan o cantan la oración "Agnus Dei. .." ("Cordero de Dios, que quitas ..."), El sacerdote luego eleva la Hostia y dice: "Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la Cena del Señor". Los fieles, de pie o de rodillas, responden "Señor, no soy digno (a) de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme".


COMUNIÓN.
El sacerdote se prepara con una oración en secreto para recibir con piedad el Cuerpo y Sangre de Cristo. Los fieles hacen lo mismo, orando en silencio. Luego el sacerdote muestra a los fieles el pan eucarístico sobre la patena o sobre el cáliz y los invita al banquete de Cristo; y, juntamente con los fieles, hace, usando las palabras evangélicas prescritas, un acto de humildad. Es muy de desear que los fieles, como el mismo sacerdote tiene que hacer, participen del Cuerpo del Señor con pan consagrado en esa misma Misa y, en los casos previstos, participen del cáliz, de modo que aparezca mejor, por los signos, que la Comunión es una participación en el sacrificio que se está celebrando.
Mientras el sacerdote comulga el Sacramento, comienza el canto de Comunión, canto que debe expresar, por la unión de voces, la unión espiritual de quienes comulgan, demostrar la alegría del corazón y manifestar claramente la índole "comunitaria" de la procesión para recibir la Eucaristía.


Cuando se ha terminado de distribuir la Comunión, el sacerdote y los fieles, si se juzga oportuno, pueden orar un espacio de tiempo en secreto. Si se prefiere, toda la asamblea puede también cantar un salmo, o algún otro canto de alabanza o un himno.
Para completar la plegaria del pueblo de Dios y concluir todo el rito de la Comunión, el sacerdote pronuncia la oración para después de la Comunión, en la que se ruega por los frutos del misterio celebrado.


BENDICIÓN. Antes de la bendición, se pueden introducir breves avisos para los fieles. Con la bendición final, el sacerdote bendice a los fieles "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".
El beso del altar por parte del sacerdote y del diácono y después una inclinación profunda del sacerdote, del diácono y de los demás ministros, concluyen la eucaristía.
Es sumamente común continuar con un canto final, generalmente dedicado a la Virgen María .. Este último Rito, solo se suprime en Jueves Santo, cuando se hace Adoración Solemne.