domingo, 23 de mayo de 2010

DON DE SABIDURIA

¿Cuáles son los dones del Espíritu Santo?
Los podemos dividir en dos grande grupos, el primero tiene que ver con la inteligencia del ser humano, y la practicidad que tiene de ver y hacer las cosas.
Son los dones de entendimiento, sabiduría, ciencia y consejo, el segundo son los que afectan la voluntad humana, Son los dones de piedad, fortaleza y temor de Dios.

DON DE SABIDURÍA
Cuántas veces solemos escuchar aquello de: "No es sabio quien sabe; sabio es aquel que va
al fondo de las cosas".
Con qué frecuencia nos quedamos clavados y mediatizados por lo puramente externo.
Estamos tan pendientes de las sensaciones que olvidamos aquello que las produce. La sabiduría nos empuja a intuir y descubrir los signos de la presencia de Dios frente a esa otra cultura que pretende arrinconarle.
La sabiduría es un termómetro que analiza la temperatura en el conocimiento de Dios. La sabiduría es no concebir la vida sin la presencia de Aquel que habla, dírige, auxilia, sopla y anima: DIOS.
La sabiduria, como DON DEL ESPÍRITU, no se conserva en la mente ni se hace fuerte con el estudio, germina y crece en el corazón, y con éste, se saca gusto a la presencia de Dios.
Cuentan de San Francisco que, cada vez que pronunciaba el nombre de Dios o de Jesús, sentia en su paladar un gusto mil veces más dulce que la miel o que el azúcar.
Lo que aborta este don espiritual es la locura.
Alguien, con cierta razón, dijo que ésta es la llave que cierra las puertas a la discreción y al gusto.
El don de sabiduría es el más comentado y testificado en la Escritura. San Pablo contrapone la sabiduría mundana -la sabiduría de los filósofos que buscan conocimientos de 10 terrestre y celeste- a la sabiduría misteriosa de Dios aparecida en Cristo (lCo. 1-3); nos es revelada por el Espíritu.


El Espíritu nos da parte en la sabiduría de Dios de forma que somos capaces de reconocer como sabiduría la sabiduria de Dios.


ORACIÓN DE LA SABIDURÍA
Señor ven a mí a socorrerme porque estoy enferma de la maldad humana.
Ayúdame a comprender que solo tú eres Dios, que reinas por siempre;
que ayudas al necesitado, que castigas al impío, y libras del mal
a los que son fieles en tus caminos.

Sepa yo cuan frágil soy, para depender más de ti.
Que no sea como los hipócritas que solo dicen habladurías,
mas su corazón no está contigo.
Dame la sabiduría necesaria para poder discernir el bien y el mal,
para que mi pie no resbale, para levantar al pobre de corazón,
para dar le una mano ayuda a los enfermos de espíritu.
Amén

¿En qué consiste la sabiduría y la inteligencia? En dar amor.

Por: Magali del Castillo