domingo, 24 de octubre de 2010

LA CANONIZACIÓN DE SAN MARTÍN DE PORRES

Casi ciento sesenta años tuvieron que transcurrir, desde la apertura del Proceso Apostólico hasta la Beatificación de Martín y ciento veinticinco años desde esta fecha hasta su canonización.
Pero gradualmente y cada vez con más énfasis se insistió en la necesidad de dar cima su causa.

Cuando en 1926 Su Santidad Pío XI dispuso su reanudación, todos concibieron grandes esperanzas y desde aquel punto se trabajó con ahínco por difundir su culto e implorar su intercesión.

Refiriéndome tan sólo a Lima, su patria, así el centenario de la Beatificación en 1937, como el de su muerte, en 1939, dieron motivo a diversas manífestaciones de piedad y de adhesión que no poco contribuyeron a avivar en los ánimos el deseo de su triunfo.

En el año 1948 se remitió el proceso seguido en la curación instantánea de una señora de edad avanzada.
El caso había ocurrido en la Asunción del Paraguay y se trataba de una obstrucción intestinal, rebelde a todos los tratamientos y que no podía ser operada por tratarse de una mujer de 87 años.
El caso era desesperado y ya habia sobrevenido un colapso cardíaco que agravaba el estado de la enferma.
Una hija suya que vivia en Buenos Aires, toma un avión para ir aliado de la enferma y, desde el primer momento pone el asunto en manos del Santo Martín.
Llega a la Asunción y aquella misma mañana, al amanecer, la enferma recobra completamente la salud y el mal desaparece.
Este milagro fue aprobado por la Sagrada Congregación.
En el año 1956, tiene lugar otro prodigio debido a Martín.
Un muchacho de poco más de cuatro años de edad, de Tenerife en las Canarias, recibe un golpe en el pie producido por un bloque de cemento de treinta kilos de peso. Prácticamente el pie queda deshecho y el estado de herido es de cuidado.
Aparece la gangrena y no la pueden detener los médicos que asisten a Antonio Cabrera Pérez; que así se Dama el muchacho. La amputación se hace necesaria a juicio de cuatro facultativos a quienes se cnsulta el caso. Pero he aquí que la familia vuelve los ojos a Martín, aplican al pie deshecho una imagen del Santo y el 01 de Setiembre en la noche, desaparece la gangrena y la cicatrización se inicia normalmente.
Todos quedan estupefactos y el milagro parece patente.

Aprobado este milagro en la Sagrada Congregación, podía procederse a la Canonización, pues el Sumo Pontífice podía dispensar en el tercer milagro que comúnmente se exige.
Como el examen de estos casos extraordinarios exige tiempo no se obtuvo la aprobación de inmediato. El último de los citados fue visto por la comisión médica, compuesta de ordinario por 8 médicos expertos y de nota el11 de enero y el 18 de octubre de 1961.
La comisión dio su fallo favorable, por fin, en la Congregación General, presidida por su Santídad el Papa Juan XXIII se consideró que no había óbice alguno para proceder a la Canonización. Este acto que tuvo lugar el 20 de marzo de 1962 llenó de alborozo a todos los devotos del Santo y comenzaron los preparativos para el gran triunfo de Martín que se dio el 06 de Mayo de 1962.

La América del Sur, con el Perú a la cabeza, había enviado numeroso peregrinos; la América del Norte en donde tanta veneración se tributa al Santo, se veía también representada y no ya por gente de color sino aun por católicos de raza blanca; el África, el Asia, la Australia, todas estas regiones tenían delegados en gran número y, por último la Europa rendía también su fervoroso homenaje al humilde lego dominico.

De España, de Francia, de la católica Irlanda, de Italia y Alemania, habían acudido grupos compactos, pero merecen singular mención, los irlandeses y los boloñieses, donde es Martín muy popular.

Hoy, podemos recorrer los claustros de Santo Domingo que Martín aseaba con la escoba y visitar la enfermería, hoy convertida en capilla, en donde se prodigó en beneficio de sus hermanos y entrar en la sala capitular, donde todavía pende el Santo Cristo, con el cual se vio abrazado más de una vez en lo alto, atraído por la llaga del costado de Jesús Crucificado.

Por: Jorge Carranza