domingo, 24 de octubre de 2010

TALLER DE SANACIÓN

Hermanos: ¡Que semana de Gloria a la que asistimos del 20 al 24 de setiembre, nos sentimos bendecidos y en Victoria de la mano del Señor! Nuestro Señor Jesucristo es el mismo de ayer hoy y siempre, camina con nosotros, El viene a nuestro encuentro, mostrándonos su amor y misericordia, en esta semana de bendiciones el Señor nos regaló este Taller de Sanación y llamó para su obra a los hermanos de la Comunidad Hijos de Sión.

El hermano Israel Pellante Cruz del lunes al jueves movido por el Espíritu Santo nos compartió a través de la Palabra de Dios a encontrarnos con Cristo vivo y resucitado que quiere traer a nuestra vida la  sanación del alma y el cuerpo permitiéndonos a nosotros recordar y hacer una rápida evaluación de quiénes éramos y cómo habíamos llegado a este encuentro con el Señor.
Muchos hermanos sintieron que el Señor los había tocado con los testimonios de vida que el hermano Israel había entregado mostrándonos que aquel hombre que se encontraba en este momento predicando la palabra de Dios ante ellos, se desnudaba y mostraba su vida pasada que había vivido alejado de la gracia de Dios y como el Señor lo transformó como dice en Jeremías 18, 6 "como el barro en la mano del alfarero, así eres tú en mi mano".

Nos condujo muy sutilmente al camino de la reconciliación como dice el Señor en 1 Juan 1, 9 "Pero si confesamos nuestros pecados, El, que es fiel y justo, nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad" para negar a tener una san ación en el alma y el corazón buscando las heridas de nuestra vida para presentárselas al Señor y perdonando para poder sanar, Nos dice el Señor en Efesios 4, 32 "Más bien sean buenos y comprensivos unos con otros, perdonándose mutuamente como Dios los perdonó en Cristo". Perdonar no es olvidar, es recordar sin dolor, sin amargura, sin la herida abierta; perdonar es recordar sin andar cargando eso, sin respirar por la herida, entonces nos damos cuenta que hemos perdonado.

Muchos hermanos sintieron la necesidad de estar más cerca de nuestro Señor y anhelaron estar reconciliados formando largas filas para testimoniar que cuando nos confesamos, cuando reconocemos que somos pobres pecadores perdidos, estaremos preparados para ir al Sacramento del Altar y estar en comunión con Jesús.

Llegamos al día Viernes y fue el gran momento en que le dijimos a Cristo "Si Señor estoy aquí, estas en mi" cuando el Santisimo con la maravillosa presencia de Cristo fue tocando a cada uno de nuestros corazones preparándonos para llegar a ese momento tan especial en que el Señor a través de sus elegidos nos permitió tener el Descanso en el Espíritu y estar en un encuentro personal con El.

Hermanos en Cristo abramos nuestros corazones a Dios siendo dóciles a su Espíritu para que haga su obra en cada uno de nosotros, como nos dice en su palabra Apocalipsis 3, 20 "Mira que estoy a la puerta y llamo: si uno escucha mi voz y me abre, entraré en su casa y comeré con él y el conmigo.

Por: Comunidad Católica Rey de la Gloria