domingo, 28 de noviembre de 2010

SANTA CATALINA LABOURE Y LA ORACIÓN

Santa Catalina Labouré, una santa que como Hija de la Caridad, religiosa de San Vicente de Paúl, vio al Señor en los pobres y como vidente vio a la Virgen.

Pero, su vida fue agradable a Dios no por sus visiones de la Virgen sino por su contemplación, escucha y práctica de la Voluntad de Dios en humilde y continua oración.

La novena de 11 hermanos vivientes, quedó huérfana de madre a los 9 años y a los 12 años tuvo que llevar su casa adelante cuando su hermana mayor se consagró a la vida religiosa.

A los 14 años sintió su vocación también, pero su padre se mostró contrario y le mandó a París a vivir con su hermano. Sin conocer y saber quién era, tuvo visiones de San Vicente de Paúl, el fundador de las Hijas de la Caridad y conocido por sus muchos actos de caridad por los pobres.

Por fin consiguió hacerse vicentina a los 24 años. En 1830 tuvo visiones de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, vio a la Santísima Virgen sentada sobre un sillón, y puso sus manos sobre sus rodillas mientras escuchaba sus consejos.

El 27 de noviembre del mismo año vio a Nuestra Señora como aparece en la medalla confiándole la misión de propagar la medalla. Lo hizo a través de su confesor, que al principio no le creyó. Ella mostró que "No es cosa grande ser humilde en el abatimiento, pero es muy grande y muy rara ser humilde en el honor" (S. Bernardo) porque a pesar de haber visto a la Virgen, trabajaba en la cocina, en el corral y en la enfermería, sin llamar la atención.

Al contrario, sufrió muchas veces el menosprecio. Su santidad consistió en imitar la vida escondida de Nuestra Señora: "iMaría, Maestra del sacrificio escondido y silencioso!
-Vedla, casi siempre oculta, colaborar con el Hijo: sabe y calla." (S. Josemaría Escrivá, Camino, 509).

Bien sabía la vidente que "Todo el valor de nuestra vida y de nuestra actividad depende de la vida interior, la vida del amor de Dios y de la Virgen María, la Inmaculada, no son teorías ni dulzuras, sino la práctica de un amor que consiste en la unión de nuestra voluntad a la voluntad de la Inmaculada." (S.
Maximiliano Kolbe)


¿COMO PUDO VIVIR COMO MARíA ?

San Bernardo nos explica: "Sólo quien reza como María, quien vive recogido en Dios, puede vivir y amar como María, por esto es necesario, dice el santo, evitar una actividad excesiva, cualquiera que sea su condición u oficio, incluso
hasta si es dentro de la Iglesia, porque "muchas ocupaciones conducen a menudo a la dureza del corazón, no son sino sufrimiento del espíritu, pérdida de la inteligencia y dispersión de la gracia". Añade S.Maximiliano Kolbe: "Ante todo y por encima de todo, debemos profundizar en la vida interior.

Se trata verdaderamente de la vida espiritual, son necesarios los medios sobrenaturales. La oración, la oración y solamente la oración es necesaria para mantener la vida interior y su desarrollo; es necesario el recogimiento interior, no estemos inquietos por las cosas sin necesidad, sino que, suavemente y en la paz, procuremos guardar el recogimiento del espíritu y estar disponibles a la gracia de Dios.

Es para eso que nos ayuda el silencio."Santa Catalina, durante los 46 años desde las apariciones hasta 8 meses antes de su muerte (fallecido su antiguo confesor y con una nueva superiora - no reveló a nadie excepto su confesor que era la vidente de la conocida Virgen de la Medalla Milagrosa.

Bien sabía ella que "el silencio inteligente es madre de la oración, liberación del atado, combustible del fervor, custodio de nuestros pensamientos, atalaya frente al enemigo ... prevención contra la angustia, enemigo de la vida licenciosa, compañero de la paz interior, crecimiento de la sabiduría; mano preparada de la contemplación, secreto camino del 'cielo" (S. Juan Clímaco, Escala espiritual, Escalón 11-30).

Ante las dificultades, como le recomendó Nuestra Señora, desahogaba su corazón al pie del altar, recurriendo a la oración. Así pudo perseverar: "Si no rezamos seremos infieles a las gracias recibidas de Dios y a las promesas que hemos hecho en nuestro corazón [ ...porque] para observar totalmente los mandamientos de Dios, no bastan las gracias recibidas ni las consideraciones y propósitos que hemos hecho, se necesita sobre todo la ayuda actual de Dios y esta ayuda actual no la concede Dios Nuestro Señor sino al que reza y persevera en la oración.  Pues, para alcanzar la santa perseverancia forzoso será que nos  encomendemos a Dios siempre muy especialmente en la hora de la tentación. " (S. Alfonso de Ligorio)

Finalmente, su identidad como vidente fue revelada al público a su muerte y su cuerpo permanece incorrupto en la misma capilla de las apariciones. Pero, su mérito y gloria están en su perseverancia en la oración y en el silencio:
"i Oh!, ésta sí que es gracia grande, el espíritu de oración, es decir, la gracia de orar siempre ... esto sí que es puro don de Dios." (S. Alfonso de Ligorio) Imitemos a esta "santa del silencio" rezando hoy:
"Habla, Señor que tu sierva escucha" (150m. 3,10)

Por: Hna. María Lourdes